
Las cirrus son nubes muy tenues que se forman a grandes altitudes (de 12 a 15 km) y están constituidas por cristales de hielo. Las partículas de hielo en estas nubes juegan un importante rol en el balance energético del sistema atmósfera-océano, mediante sus interacciones con la radiación solar (radiación infrarroja de onda corta) y con la radiación terrestre (radiación infrarroja térmica o de onda larga). Este hecho ha sido demostrado por investigaciones previas (Liou, 1986). De acuerdo con los procesos de los cuales se derivan, estas nubes se subdividen en cirrus in situ, cirrus yunque continentales y cirrus yunque marítimas. Las nubes cirrus yunque tienen su génesis en los procesos convectivos que se dan con mayor frecuencia en la troposfera tropical. Los procesos convectivos dan origen a nubes de gran desarrollo vertical, denominadas cumulonimbos, cuya parte superior, en forma de yunque posee una gran concentración de microscópicos cristales de hielo. Cuando el yunque se separa de la nube cumulonimbo, se origina otra nube integrada, en su mayor parte por cristales de hielo. Esta última nube se denomina cirrus yunque. A medida que transcurre el tiempo, la nube cirrus se va adelgazando hasta constituirse en el tipo de nube que ha sido denominada “nube cirrus delgada”.
El balance energético sobre el sistema atmósfera-océano debido a la presencia de cirrus delgadas así como también de cirrus subvisibles, constituye un factor de impacto significativo en la modulación del cambio climático, por cuanto que estas nubes poseen un efecto de enfriamiento en la superficie terrestre, como consecuencia de la reflexión de la radiación solar sobre los cristales de hielo. Pero estas nubes poseen también un efecto de calentamiento troposférico debido al hecho de que absorben radiación infrarroja térmica. Este balance energético sobre el sistema océano-atmósfera se denomina forzamiento térmico. Durante el Proyecto TC-4 conducido por la NASA en América Central e islas Galápagos, de julio a agosto de 2007, se efectuaron vuelos coordinados de los aviones ER-2 y DC-8 para cuantificar el forzamiento térmico de las cirrus delgadas y de las cirrus subvisibles. En este trabajo se presentarán y discutirán los resultados obtenidos con relación a dicho balance energético para una capa de cirrus delgada desplegada sobre las islas Galápagos, el 6 de agosto de 2007. Del análisis del balance térmico se ha podido establecer que las cirrus delgadas, observadas sobre las Islas Galápagos actúan como nubes de efecto invernadero por cuanto que el efecto de calentamiento causado por la absorción de radiación infrarroja de onda larga es superior al efecto de enfriamiento causado por la reflexión de radiación infrarroja de onda corta.
La conclusión más relevante del presente estudio radica en el hecho de que las nubes cirrus delgadas generan un efecto de calentamiento neto en la troposfera superior y este fenómeno contribuye a hidratar la estratosfera.
El presente estudio intenta contribuir en el esclarecimiento del rol que juegan las nubes cirrus delgadas en la evolución del Cambio Climático.