
Con el propósito de determinar la profundidad a la que se entierra para empupar las larvas de cinco especies de moscas de la fruta se desarrolló un experimento bajo condiciones de laboratorio. Para tales efectos se utilizaron envases de plástico de cinco galones. El interior de estos envases fue rotulado para indicar la profundidad a cada 2.5 cm y rellenados con tierra hasta un punto 0. Sobre la tierra se colocaron los frutos presumiblemente infestados por los estados inmaduros de especies de Anastrepha y los envases fueron cubiertos con tela de organza. Al darse las primeras emergencias de adultos de las moscas, se procedía a remover los frutos y con la ayuda de una pala pequeña, se removía cuidadosamente el suelo a cada 2.5 cm de profundidad. Este suelo era tamizado y revisado minuciosamente para recuperar las pupas de Anastrepha. Los resultados indican que el 98% de las pupas fueron recuperadas entre 0 a 5 cm.